Es una unión tan perfecta que estaba escrito en las estrellas que ocurriría,
por eso aunque me congratulo enormemente, también me duele pensar lo que
hubiera sucedido si sus destinos se hubiesen cruzado antes. De todo lo que habríamos disfrutado, de todo lo que YO habría disfrutado. Pero de nada sirve lamentarse, toca prepararse para saborear uno de los proyectos más esperados y ambiciosos de la ficción en televisión.
Hablo de Aaron Sorkin y la HBO. Hablo de 'Newsroom'.
En estado de éxtasis me he quedado tras ver el primer avance
de su esta serie, con la que completa su trilogía televisiva.
Andaba el hombre con tiempo desde la cancelación de su
última serie, lo había matado ganando su primer oscar (era lo que le faltaba
para unir a sus Emmys y Globos de oro…) y escribiendo otro guión bastante
aclamado (el de Moneyball), pero tenía una espinita clavada y se llamaba
‘Studio 60’.
Aaron, etiquetado para los óscar |
Fue la tercera de sus criaturas televisivas y fue cancelada
tras su única temporada. Personalmente lo entiendo, me encanta la serie pero su
estilo británico de denuncia sin paliativos, como que no, no lo veo bien
digerido por la sociedad norteamericana. Pero el espíritu de Sorkin es el de no rendirse y por eso vuelve a la carga y de nuevo con una serie que tiene de nuevo al periodismo televisivo como centro.
Y es que me encanta lo de la tele dentro de la tele, adoro a
Sorkin y amo a la HBO. Gozo
de placer anticipado. Palabrita.
!Qué jóvenes! |
Pero en los relatos de ventipocos minutos encontramos las
señas de identidad de Sorkin, los diálogos veloces, las respuestas cortantes,
la inteligencia y el ingenio que rezuma cada (extraordinariamente bien
construido) personaje, cada palabra que sale de sus bocas. Esa fue la base de
todo lo que vendría después. 'El Ala Oeste'.
Si existe una serie de televisión que funciona como anatema del Partido Republicano estadounidense, esa es 'El Ala Oeste'. Tampoco es que entre los Republicanos sea la más querida. Sorkin adoctrina en ella, les dice cómo deberían gobernas... pero claro en la ficción los oscuros intereses y las mezquindades de la política son eso, una ficción. Los de la realidad dan bastante más miedo.
'El Ala oeste' es entretenida y didactica. Te tiene que interesar algo la política, pero no es excluyente. En ella se conjugan a la perfección los mejores recursos del escritor al que dedicamos este post: Unos personajes muy listos, casi de manera sobrenatural, de principios sólidos e íntegros y muy comprometidos moralmente con su trabajo... y con los ¡Estados Unidos de América!... bueno, son norteamericanos, que les vamos a hacer, pero este Sorkin les atiza a sus ciudadanos que da gusto, así que podemos decir que el patrioterismo se les queda en la bandera de los títulos de crédito y en el águila de la alfombra del despacho oval.
La serie comienza cuando se cumple un año del primer mandato del presidente demócrata Josiah Bartlett (Premio Nobel de economía... que bien nos venía a nostros uno de esos, ¿eh?). El indice de popularidad de su administración está por los suelos. Su equipo tiene que hacer algo... Y lo hacen. Junto a ellos vivimos el resto del primer mandato y la reelección de este presidente y también los comicios donde se elige a su sucesor en el cargo. En el apartado didáctico aprendemos cómo funciona la división de poderes en EEUU, el bipartidismo, las dos cámaras... como se sacan adelante las leyes, se eligen a los miembros del Tribunal Supremo, se negocian tratados de paz, se ganan enemigos, algún amigo... y también se pierden. Es una de mis series de cabecera, lo reconozco, y como tal me ha marcado.
Duelos afiliados en los diálogos, veloces como espadas buscando la guardia baja del rival, o de los rivales y con una puesta en escena única, la ya conocida como el walk and talk (anda y habla). En un único plano secuencia con la oficina del gabinete como escenario, varios personajes interactuan en un diálogo constante. Este es un ejemplo, con varios walk and talk de un mismo episodio. Los protagonistas son Josh Lyman, ayudante del Jefe de Gabinete de la Casa Blanca y su secretaria, Donna Moss.
Y me encanta, me encanta cuando Sorkin les da caña a los extremistas religiosos. Lo hace en el episodio piloto, pero yo me quedo con esta.
Esta serie no falta en mi estantería y es una de las que repaso de vez en cuando. Y sigo disfrutando con ella como el primer día.
Con idénticos ingredientes, trasladando el escenario de la Casa Blanca a un plató de televisión, 'Studio 60' es la criatura post-ala oeste de Sorkin. Y tuvo que medirse con su predecesora, palideciendo en la comparación. Uno de los programas más veteranos de humor en televisión (al estilo 'Saturday Night Live') está sin ideas y muere lentamente con unos números de rating que andan por los suelos... Y se recurre a los dos hombres que consiguieron sus últimos éxitos, un productor ejecutivo y un guionista jefe que salieron del programa por la puerta de atrás. Esta es la historia de cómo esos dos hombres sacan lo mejor de guionistas y actores, de cómo luchan contra los ejecutivos de la cadena que intentan poner cortapisa a su creatividad por lo poco políticamente correctas que son sus ideas.
Es una producción con altibajos, no nos ciega la pasión. Sin embargo es una serie más que reseñable. Más ligera, más sardónica (es un programa de humor...), con algo más de romance, y mucho walk and talk (¡y con escaleras!), aunque sustituido en ocasiones con una increibles secuencias en la mesa de guionistas... quién ha tenido algo que contar alguna vez, quién ha soñado con ello, recordará muchos de esos momentos. Lamentablemente sólo la pudimos disfrutar una temporada. Como decía, un producto demasiado refinado para algún importante segmento de la audiencia norteamericana. Es el problema de las cadenas generalistas. Y Sorkin tomó nota.
Los chic@s de Bartlett |
'El Ala oeste' es entretenida y didactica. Te tiene que interesar algo la política, pero no es excluyente. En ella se conjugan a la perfección los mejores recursos del escritor al que dedicamos este post: Unos personajes muy listos, casi de manera sobrenatural, de principios sólidos e íntegros y muy comprometidos moralmente con su trabajo... y con los ¡Estados Unidos de América!... bueno, son norteamericanos, que les vamos a hacer, pero este Sorkin les atiza a sus ciudadanos que da gusto, así que podemos decir que el patrioterismo se les queda en la bandera de los títulos de crédito y en el águila de la alfombra del despacho oval.
La serie comienza cuando se cumple un año del primer mandato del presidente demócrata Josiah Bartlett (Premio Nobel de economía... que bien nos venía a nostros uno de esos, ¿eh?). El indice de popularidad de su administración está por los suelos. Su equipo tiene que hacer algo... Y lo hacen. Junto a ellos vivimos el resto del primer mandato y la reelección de este presidente y también los comicios donde se elige a su sucesor en el cargo. En el apartado didáctico aprendemos cómo funciona la división de poderes en EEUU, el bipartidismo, las dos cámaras... como se sacan adelante las leyes, se eligen a los miembros del Tribunal Supremo, se negocian tratados de paz, se ganan enemigos, algún amigo... y también se pierden. Es una de mis series de cabecera, lo reconozco, y como tal me ha marcado.
Duelos afiliados en los diálogos, veloces como espadas buscando la guardia baja del rival, o de los rivales y con una puesta en escena única, la ya conocida como el walk and talk (anda y habla). En un único plano secuencia con la oficina del gabinete como escenario, varios personajes interactuan en un diálogo constante. Este es un ejemplo, con varios walk and talk de un mismo episodio. Los protagonistas son Josh Lyman, ayudante del Jefe de Gabinete de la Casa Blanca y su secretaria, Donna Moss.
Y me encanta, me encanta cuando Sorkin les da caña a los extremistas religiosos. Lo hace en el episodio piloto, pero yo me quedo con esta.
Esta serie no falta en mi estantería y es una de las que repaso de vez en cuando. Y sigo disfrutando con ella como el primer día.
Con idénticos ingredientes, trasladando el escenario de la Casa Blanca a un plató de televisión, 'Studio 60' es la criatura post-ala oeste de Sorkin. Y tuvo que medirse con su predecesora, palideciendo en la comparación. Uno de los programas más veteranos de humor en televisión (al estilo 'Saturday Night Live') está sin ideas y muere lentamente con unos números de rating que andan por los suelos... Y se recurre a los dos hombres que consiguieron sus últimos éxitos, un productor ejecutivo y un guionista jefe que salieron del programa por la puerta de atrás. Esta es la historia de cómo esos dos hombres sacan lo mejor de guionistas y actores, de cómo luchan contra los ejecutivos de la cadena que intentan poner cortapisa a su creatividad por lo poco políticamente correctas que son sus ideas.
Es una producción con altibajos, no nos ciega la pasión. Sin embargo es una serie más que reseñable. Más ligera, más sardónica (es un programa de humor...), con algo más de romance, y mucho walk and talk (¡y con escaleras!), aunque sustituido en ocasiones con una increibles secuencias en la mesa de guionistas... quién ha tenido algo que contar alguna vez, quién ha soñado con ello, recordará muchos de esos momentos. Lamentablemente sólo la pudimos disfrutar una temporada. Como decía, un producto demasiado refinado para algún importante segmento de la audiencia norteamericana. Es el problema de las cadenas generalistas. Y Sorkin tomó nota.
Y en esas llega 'Newsroom'. Volvemos a la tele, a un noticiario nocturno y a un popular periodista inmerso en una doble crisis de credibilidad y de identidad (Jeff Daniels). En torno a él, estamos seguros, gravitarán muchos personajes brillantes, con sus brillantes diálogos y brillante ingenio puesto siempre a prueba, porque... ¿qué personaje tendrá la réplica más acerada, la frase más lapidaria?
El tono se ha oscurecido (el momentum global lo requiere), los protagonistas serán brillantes, pero no el tono general de la serie. Las noticias no son ni buenas, ni malas, son eso, noticias. La serie cuenta con un buen número de rostros conocidos incluyendo el de una veterana que debuta en la televisión, Jane Fonda. Pero si la calidad de los guiones y el concepto de Sorkin me supone ya una garantía, saber que el trabajo es para la HBO me lo confirma.
Ya sabemos que la cadena por cable arriesga en sus apuestas, vamos... que apuesta. Y en el caso de Sorkin es hacerlo sobre
seguro, su audiencia sabe lo que se va a encontrar. Nada de sorpresas. A la manera del neoyorkino conocido como Aaron Benjamin Sorkin, la HBO será más HBO y ya sabeis que no ellos lo que hacen no es Televisión es HBO.
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