Las hay que son verdaderas obras de arte, las hay que son un aquí te pillo aquí te mato y las hay que son cuarto y mitad, con planos de los propios episodios y parte de una secuencia grabada específicamente para la cabecera. De todas hay fabulosos ejemplos: del primero 'Deadwood', 'Juego de Tronos' o 'Carnivale'; del segundo se me ocurren a bote pronto 'Perdidos' o 'Castle'; del último sin ir más lejos, 'Friends'.
Pero en los últimos tiempos hay una serie que me ha sorprendido por cómo utiliza su propia cabecera para situarnos en el propio episodio, y no, no hablo del mapa de Juego de Tronos. J.J. Abrams comenzó hacerlo hace ya tres años en 'Fringe', que ha utilizado cinco cabeceras distintas a lo largo de sus cuatro temporadas.
Además del color y las texturas, los ejemplos de lo que en el momento es 'Fringe science' (Ciencia límite) son suficientemente aclaradores. Aquí van
La original:
La que combina la original con la alternativa de color rojo:
La de un sitio distinto a los dos anteriores:
La anterior:
La posterior:
Y lo mejor es que todas conviven y, de hecho, ahí está la gracia del asunto.
Y os regalo una anédota. Durante bastante tiempo, la fanfarria final de la cabecera, la tenía como sonido de los mensajes en mi móvil. El año pasado, durante un viaje a Amsterdam, en las pantallas de publicidad del aeropuerto estaban promocionando la tercera temporada. Lo hacían con la música en cuestión y lo hacían repetidamente... así que os podeis imaginar que no hacía más que llevarme la mano al móvil... y alguna señora me miraba raro mientras esperábamos para embarcar.
Luego me cambié el sonido del móvil.
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