domingo, 1 de abril de 2012

¡Mi banco me quiere!


No, no hablo de estos bancos...
Me lo llevo preguntando una buena temporada. ¿Por qué los anuncios televisivos de los bancos y las cajas están siempre cargados de buen rollo? Que no estoy diciendo que todos los que trabajan en los bancos no sean como esos sonrientes actores que asesoran a esa pareja de jubilados, o a ese emprendedor… y a los que les falta tiempo para concederles el crédito, la hipoteca que están buscando.

... y tampoco son estas cajas
Es como lo de las agencias de seguros… Igual es que mi vida es como una serie de JJ Abrams y vivo en mundos paralelos, el ideal que veo a través de una pantalla de tv y el real, el que toma su lugar en cuanto me levanto del sofá. Pero la gente que te tiene que atender la reclamación por quincuagésima vez, ya nota que no estás para bromas y también anda un poco tensa, los recibos que te pasan con ‘extras’… que si el perito está de vacaciones. Un mundo de fantasía, ¿verdad? Para que luego nos vendan cosas así. Y lo peor es que alguien entrará en la oficina buscando eso.


Y volviendo a los bancos y las cajas, ni Gasol, ni Alonso, ni Nadal, ni Iniesta ni Casillas, que no me convencen. Que estos señores no tienen problemas para llegar a fin de mes, que yo pago mi Fiat Punto a plazos y ellos los Lamborghinis a tocateja. Que noventa mil millones de euros después (eso sí es un rescate y no lo de los Navy SEALS), el tema de los bancos me pone de los nervios. Sólo tengo que ver el recibo mensual de mi hipoteca y fijarme en lo que pago de capital y lo que me clavan de intereses. Terrible.


Pero, venga, buen rollo, que confían en el futuro… ¡cómo para no! Probablemente en tu empresa o en la mía, si las cosas van mal nos ponemos a temblar y en esta época eso supone poco menos que cerrar el kiosco y al paro. No en el caso de los bancos, siempre hay rescates estatales. No es que confíen en tu futuro, confían en que endeudes tu futuro, te lo endeudes de nuevo con ellos para que vuelvan a juguetear con tus ahorros. Invirtiendo en capitales de riesgo (¡¡¡que ya te dicen que son de riesgo!!!) que pueden conllevar cuantiosas perdidas (de tus ahorros, normalmente), conceder créditos a quién saben que probablemente no pueda pagarlos y especular, lo que mejor se les da. No digo invertir digo especular.

Y te preguntan ¿eres ahorrador?... Pues no te voy a mentir, lo intentamos, pero está jodido. Y la verdad es que la cosa tampoco tiene pinta de mejorar.






Hala, un poco de bilis fuera. En nada volvemos con nuestras cosas. 

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