sábado, 6 de octubre de 2012

Voces de anuncio

Pasando horas muertas (que, por desgracia, cada vez son menos) me han venido a la mente dos spots que por diversas razones han calado en mi memoria y que quiero compartir con vosotros. Ambos tienen en común un voz prodigiosa, dos actores españoles con mayúsculas, uno ya fallecido. Su tono, su forma de recitar, de paladear las sílabas, me causa envidía y admiración a partes iguales.

El primero es de fútbol. El deporte, como ya he comentado en este blog, se presta especialmente a sensiblerías, y el fútbol mucho más. En el subconsciente colectivo de varias generaciones, el deporte rey nos permite conectar con nuestro niño interior, cuando somos mayores... y cunado somos pequeños, compartir algo con nuestros mayores. ¿Quién no recuerda la primera vez que fue de la mano de su padre, su tío, o un hermano mayor, a un campo de fútbol? Compartir colores es compartirlo todo: alegrías y decepciones, abrazos, miradas cómplices, pipas, olor a puro, las colas en el bar al descanso, los cánticos, el frío y el calor, la lluvia, los viajes... Por eso este spot, como no, de la agencia rompedora de este país, una de las más originales y respetadas a nivel internacional, 'Sra. Rushmore', es un acierto pleno. Que un mito de nuestra escena y nuestras letras como Fernando Fernán Gómez le ponga su voz, su carisma y su sentimiento, hacen de este video, algo realmente inolvidable. Es totalmente imposible que un aficionado al fútbol no  vibre con este spot.


Y vamos a por el segundo. También la temática es deportiva, pero en esta ocasión con el motor. La apuesta no es tan original, pero es igualmente efectiva. No es original, por que no lo es su texto. Una golosina irrenunciable para cualquier actor que se precie de serlo. En esta ocasión sustituímos el sentimiento por la épica. Un poema de Ruyard Kipling, el autor del 'Libro de la Selva' y 'Kim', que se titula 'If' o en versión castellana 'Y si...'. La voz en esta ocasión la presta otro gigante de nuestra escena: José Sacristán, con tantos matices como los de su maestro Fernán Gómez. Rugen los motores, ruge la voz del señor Sacristán y a ambos los acompaña la partitura de James Horner, el tema 'A call to arms' (llamada a las armas) de la película 'Glory' (tiempos de gloria).


La verdad es que se me han quedado los pelos como escarpias...  ya no se hacen anuncios como los de antes.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Me gustan las... ¿gafas?

Quizá por que en el fondo soy un creativo publicitario frustrado... (mi primo lo es, creativo, no frustrado,  y es de los buenos), siempre me fijo en los spots televisivos y me gusta disfrutar del trabajo profesional de muchos de ellos. Se trata, en la publicidad, de causar algo al televidente, nunca indiferencia, pero el rechazo es casi tan valorado como el hechizo. Todo esto viene a colación de la campaña de Opticalia, de su nuevo spot. Y aprovechando el tema de las gafas, os enseñaré tres maneras de hacer publicidad.
La primera es la de Alain Afflelou (he tenido que mirar cómo se escribe, lo reconozco). El producto son las gafas, pero también una promoción (el tchin tchin), lo de dos gafas al precio de una (o por un euro más). El mensaje no ha cambiado, y esto ha producido un calado importante y un reconocimiento por que el propio Alain nos lo cuenta en los spots televisivos. Un francés majete, de mediana edad, que irradia clase y confianza. Él nos vende las gafas, él es la marca y el producto. Luego ya están los modelos, los bailarines y la parafernalia, pero es el paisano el que nos dice que las compremos. Y funciona. De hecho, os confieso que en mi casa somos muy mucho de Afflelou... Como decían en una de sus primeras campañas: "Hay que ver que majo es este Afflelelou".

Otro método, similar, es el de General Óptica. Sus spots suelen ser frescos y originales. Sin estridencias, con un mensaje muy claro. El ejemplo es este que os dejo a continuación que, a mi personalmente me encanta. Te vendo gafas por que las necesitas y las que te venda te van a quedar bien. Simplicidad y un objetivo claro.


Más arriesgadas en lo que se refiere a promociones, son las de Opticalia. Desde Miguel Bosé a Dani Martín han protagonizado sus campañas. Personalizar con un icono es arriesgado. Los deportistas suelen ser un seguro, por los valores que transmiten: salud, triunfo, talento... En el caso de otras personalidades como los cantantes, te pueden causar tanta atracción como rechazo. De ahí el riesgo. Pero en Opticalia arriesgan y estos días podemos ver una intensa campaña. Un tanto ridícula, pero de la que se habla. "Me gustan las gafas... adoro las marcas", es una tontería, pero una tontería que cala. El spot te puede gustar más o menos, resultarte cansino, genial o repulsivo. Pero no te deja indiferente. Y eso es un éxito.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Divina y Cosmopolita

Vivir en pareja, compartir la posesión del mando a distancia y la estratégica distribución de los canales de televisión se puede convertir en una verdadera odisea. En mi caso suele ganar Gema esa competición amistosa, de hecho en nuestro mando, en la primera decena de canales aparecen 'Cosmopolitan' y 'Divinity'. Algunos podrían pensar que es una concesión mía, en realidad es más bien una forma de fomentar nuestra relación. Lo escribo en serio.

Y es todo gracias a una serie de vergonzosos programas sobre moda, estilo, interiorismo y sentido común básico del que carecen muchos protagonistas de esos programas. ¿Cómo fomenta nuestra relación? Es muy simple; ninguno de los dos puede callarse ante lo que ve en la televisión, es imposible. Con lo cual disfrutamos de risas gracias a una conversación animada con ingeniosos comentarios de uno y otro. Y desde luego no somos los únicos. Los datos de la audiencia de sobremesa de este canal son alucinantes tanto por semana como en el fin de semana y es gracias a estos shows. 

Es una nueva tendencia del docudrama y ¡cuidado muchachos, sí, sí, muchachos, es jodidamente adictivo!. Existen varias categorías que os iré desgranando en sucesivos post, pero hoy quiero empezar con las novias:

El equipo de 'Vestidos de novia de Beverly Hills'
Buscan vestido, buscan entrar en el vestido, buscan poder pagar el vestido... y hay novias para todos los gustos (y sus madres, y sus suegras, y sus novios...). De hecho dos programas de este estilo tienen ya sus spin-offs: vestidos de novias para mujeres de talla muy grande y vestidos de novias para gente podrida de pasta. Digamos que los 'Host', los conductores de estos programas, no tienen un especial protagonismo. Son las novias y sus vestidos los auténticos protagonistas. Vaya dramones. Lo típico es que la chica escoja un vestido carísimo que su madre no puede pagar y ambas acaben llorando como magdalenas. Son programas canadienses y estadounidenses y el horterismo está a la orden del día, mal gusto proverbial, como para hacer un manual. Luego están los añadidos; las dos hermanas que se casan juntas y se envidian los vestidos, el novio que va a escoger el vestido que le guste a él, las siempre terribles suegras, la amiga rancia...

Y está también la versión tengo una talla 40 pero como me caso, a ver si entro en un vestido de la 34... una tarea complicada para la que aparecen el preparador físico cachas que intenta poner en forma a la susodicha haciéndola sufrir un poco por el camino (para deleite de la audiencia) y la nutricionista que avergüenza a la novia, enseñándole la cantidad ingente de porquería que consume, e intentando que cambie sus hábitos alimenticios (algo que seguro que hará exclusivamente el tiempo necesario para que el vestido no le reviente durante la ceremonia...). El novio también colabora hacia el final del capítulo, acompañando a su prometida en una excursión por el bosque, cruzando un río en piragua, haciendo puenting, barranquismo o algo similar, escenificando su apoyo en esa actividad física que  (supuestamente) su novia nunca hubiera sido capaz de completar, de no ser por el estricto régimen y la puesta en forma de nuestros anfitriones-presentadores. Al final la novia entre en el vestido, que le queda como un guante, estiliza su figura y le confiere ese deseado aire princesil que (de nuevo supuestamente) todas las mujeres buscan (al menos las que van a estos programas).

Como suele suceder con estos programas, la verdadera curiosidad comienza cuando acaba el capítulo en cuestión, con comentarios del tipo... "esa recupera todo lo que perdió en la luna de miel" o " uuuuy, que poco futuro les veo yo a esos dos...". Es lo normal, a fin de cuentas estos programas no dejan de suponer la globalización del marujeo. Y si en algo somos buenos en nuestra piel de toro (campeones del mundo, varias veces consecutivas y desde hace centurias...) es en lo de criticar, destripar (verbalmente) a quien se nos pone por delante sin perder la sonrisa.

Así que ya lo sabeis , si quereis sentir verguenza ajena y rajar a dolor, (que siempre es sano para relajarse y rebajar tensiones) estos son vuestros programas.

En próximas entregas seguiremos con el resto de categorías a) ¿Cómo puedes tener un negocio si eres un completo inútil? b) ¿Cómo no se van a reir de tí, si me sales a la calle con esas pintas? c) Te vamos a dejar la cobacha donde vives, como una casa de 'Estilo y decoración'.

miércoles, 29 de agosto de 2012

La mejor serie de policías

Partiendo del hecho de que un servidor se pirra por los juegos de palabras, lo de Southland y yo estaba predestinado. Distrito sur de Los Ángeles, uno de los mayores centros de criminalidad y delincuencia del mundo. La serie, que actualmente cuenta con cuatro breves temporadas, ha renovado para una quinta que se estrenará a comienzos de 2013. Ben Sherman es nuestro cicerone en este viaje a las entrañas de los procedimientos policiales, tanto de los hombres de uniforme, como de los detectives de homicidios. Sherman es un novato, un agente en prácticas recien salido de la academia que aprenderá lo mejor y lo peor de ser un patrullero.

La serie es cruda, dura, y lejos de idealizar la
profesión de policía, nos muestra la realidad de un trabajo desagradable, estresante y muy poco reconfortante. No es una serie procedimental al estilo 'CSI' o 'Bones', es un
drama centrado en unos personajes con más
defectos que virtudes o que, al menos, están parejos. Que son seres humanos, no héroes planos y sin matices. Y las pasan putas bastante, doy fé. En la serie seguimos de manera paralela a dos coches patrulla y dos parejas de detectives de homicidios, al menos así era en la primera y segunda temporadas. En las dos siguientes, el status quo de los protagonistas hace imposible ese hecho, aunque la dinámica sigue siendo prácticamente igual.

'Southland' ha sido una serie que no lo ha tenido fácil, pero por su evidente calidad ha logrado sobrevivir. Aclamada por la crítica, la serie comenzó emitiéndose en la NBC, que la llegó a renovar por una segunda temporada que sin llegar a estrenarse fue cancelada. Como ya se habían rodado seis episodios, la cadena por cable TNT decidió comprar la primera temporada y los episodios rodados de la segunda.  Tras su emisión, TNT, ofreció la posibilidad de seguir produciendo la serie, encargando otros diez episodios para la tercera temporada, operación que repitió para la cuarta y la quinta (en proceso de rodaje).


El cast es de lo más convincente, con Ben Mckenzie (The O.C.) interpretando al bisoño Sherman y a Michael Cudlitz como su oficial instructor, John Cooper. Shawn Hatosy es el detective Sammy Bryant y la verdadera estrella de la serie es una fascinante Regina King, que compone uno de los personajes femeninos más fuertes y reales que haya visto en los últimso tiempos; la detective Lydia Adams.

También son bastantes las caras conocidas que se han pasado por esta serie. Lucy Liu ha sido la última, interpretando a una patrullera en la cuarta temporada. Amaury Nolasco, Lou Diamond Philips, y también cuentan con un actor bastante mítico en un papel secundario y recurrente: C. Thomas Howell.

Y para terminar, el principio. Una gran cabecera que utiliza la versión instrumental de una gran canción de la portuguesa Dulce Pontes: 'Cançao do Mar', cuyo inicio aporta desasosiego, pese a que el tema en sí sea casi la antítesis de la propia serie... una canción de amor:




No estaba muerto...

Estaba de vacaciones. Ya tengo nuevos temas en mente. Empezamos a actualizar en nada...


 Y no, no estaba en este sitio, ahí hay mucha luz.

martes, 14 de agosto de 2012

Un castillo de naipes

La política está de moda. En serio. Tenemos ese bio-pic (aún no lo hevisto pero malicioso, seguro, seguro) de la que fuera aspirante a la vicepresidencia de los EEUU, Sarah Palin. Lo hace HBO con unos estupendamente caracterizados Julianne Moore y Ed Harris. Doy por hecho que dos actores de su talla no caerán en la caricaturación de los personajes y que, aunque no esten sobresalientes, siempre nos dejarán un trabajo muy profesional. También está 'Game change', otra serie que no tengo muy claro si irá de políticos o sobre política, no como 'Boss', con Kelsey Grammer. Esta de política no va. Ha sido una de las triunfadoras de la temporada. En la que 'jefe' del título, un sin escrúpulos y muy autoritario alcalde de Chicago hace cosas, pero no política.

Sin embargo no es de esta series de las que os quiero hablar. Este post está dedicado a un proyecto que se llama 'House of cards', lo que aquí vendríamos a llamar un castillo de naipes. Es una historia de política y políticos, una historia lo suficientemente atemporal como para indicarnos que la avidez de poder en la clase política existe desde siempre, de hecho yo creo que están indisolublemente unidos. La historia tiene dos nombres propios. El de Kevin Spacey como productor y protagonista, y el de David Fincher como director y coproductor. 

Spacey quisiera ser inglés
Me gustaría pensar que 'House of cards' nos va a presentar la parte sucia de la política. La que tiene como protagonistas y ejecutores a los hombres y mujeres que serían el reverso tenebroso de los hombres y mujeres del 'Ala Oeste de la Casa Blanca', esa serie que nos permitió entender de manera amena e inteligente un sistema político, jurídico y social tan complejo como el estadounidense. Esta nueva serie se basa en la novela homónima del británico Michael Dobbs, jefe de gabinete del partido conservador británico y que ya fuera adapatada a la televisión a comienzos de los años noventa del pasado siglo. Aquella primera y excelente serie gozó de cuatro episodios y tuvo segunda ('Play the King') y tercera parte ('The final cut'). En las tres el gran protagonista era Ian Richardson (un cabrón encantador, un cínico inglés absolutamente magnífico) interpretando el papel de Francis Urquhart el hombre que, por cualquier medio, quería llegar (y llega) a ser el Primer ministro británico.

Fincher lo toca y hace oro
La otra pata del banco es el amigo Fincher ('El club de la lucha', 'El curioso caso de Benjamin Button', 'La red social', 'Los hombres que no amaban a las mujeres') probablemente el más personal de los directores que ahora mandan algo en Hollywood. El director adaptará esta serie a la política estadounidense y será, al menos, el director del episodio piloto. Constará de 26 capítulos en su primera temporada y será un show pionero en cuanto a la manera en la que llegue a la audiencia. Lo hará a través de Netflix, la plataforma de distribución vía streaming por internet. Serán episodios de estreno en exclusiva, antes de que una cadena generalista o de cable se haga con sus derechos de emisión. Es una apuesta arriesgada, pero da la impresión de que les han llegado buenas cartas.

Para Spacey no es su primer papel sobre un político. En 'Recuento' (y con un reparto impresionante) interpretaba al hombre designado por el partido demócrata estadounidense para desentrañar (sin éxito) el embrollo de las papeletas servibles-inservibles del Estado de Florida. Para entendernos, aquel fraude que acabó con George W. Bush como el hombre más poderoso de la tierra. En 'House of cards' le tocará hacer de todo lo contrario, pasará de ser el idealista liberal, para convertirse en un depredador conservador.

Yo ya la espero impacientemente.

sábado, 4 de agosto de 2012

El Hombre araña

¡Hombre arañaaa aaaaa! 

Así sonaba allá por los ochenta el tema de Spiderman. Al menos en España. Fue la primera incursión televisiva de este superheroe en nuestro país y la que más huella dejó en toda una generación. 

Este es el segundo post que dedico a los superhéroes televisivos, me aprovecho de la popularidad del estreno cinematográfico de 'Amazing Spiderman'. A finales de semana finalizaré la trilogía de post con Batman, también a rebufo del estreno de la peli en los cines de todo el mundo.

Como aquí hablamos de televisión, vamos a hacer algo de historia, la del hombre-araña en la pequeña pantalla. Peter Parker ha contado con dos encarnaciones 'reales' una norteamericana (1977-1979), que constó de 13 episodios y una japonesa (1978-1979), al más puro estilo Ultraman, o si lo preferís, los Power Rangers...

Sin embargo ha sido en la animación donde nuestro amistoso vecino ha tenido una carrera más longeva y de mayor calidad. Una carrera que comenzó cuando Spidey tan sólo tenía cinco añitos. Sólo un lustro llevaban los lectores estadounidenses disfrutando de sus aventuras en papel, cuando ya se lo encontraron en la tele (1967-1970). El mayor logro de aquella primera serie fue, sin duda, su sintonía, que os ofrezco aquí abajo en su versión original, en la archiconocida que realizaron The Ramones y en una al estilo crooner que interpreta Michael Buble, una versión complicada de escuchar y de encontrar, así que disfrutadla. Ya en los ochenta, la serie que gozó de más popularidad era 'Spiderman and his amazing friends' (1981-1983), hermana pequeña de 'Spiderman' (1981-1982), de la quebebió diseño de personajes y equipo creativo. En la primera, Spiderman ya ha dejado el instituto y vive (al más puso apartamento para tres) con dos amiguetes que resultan ser Bobby Drake (el hombre de hielo de la patrulla-X) y Angelica Jones (Firestar). La serie se convierte en un paseo por todo el universo Marvel (Thor, Daredevil, iron Man, los 4 fantásticos, el Capitán América, el Dr. Extraño...) y quizá en ello resida su verdadero encanto. El éxito de la serie fue enorme, y el personaje de Firestar, creado exprofeso para la serie de televisión, se incorporó a la continuidad del universo Marvel de los cómics... y allí sigue con relativa buena salud.

A comienzos de los noventa se encadenaron tres series con nuestro arácnido amigo como protagonista, que no aportaron nada realmente importante al mito de la araña. La última encarnación, ya con la Marvel en manos de Disney acabó en 2009 sin acabar de enganchar al público pese a basarse en una animación a la japonesa, que tan buen resultado le diera a la Distinguida Competencia con su serie de los 'Teen Titans'.

No ha sido sin emabrgo la última aparición animada de Spiderman, es la estrella invitada en la serie que en este momento goza de mayor popularidad: 'The Avengers, earth's mightiest heroes'. Sigue habiendo proyectos para que Parker, el Daily Bugle, Mary Jane, la tía May y compañía regresen a la tele. No tardaremos en ver como nuestra pantalla se llena de fluído arácnido un día de estos.